domingo, 28 de diciembre de 2014

Capitulo 14

Sentir sus labios sobre los míos era una sensación única. Sus brazos envolvieron mi cintura y los míos su cuello enredando mis dedos sobre los rulitos que se le formaban en la nuca. Mi boca se abrió dando paso a su lengua, y así poder seguir disfrutando de tan linda sensación, tan lindo momento. Un suspiro se escapo de su boca y yo me aferré mas a él, impidiendo que exista alguna distancia entre nosotros. Sus manos recorrían la longitud de mi espalda, y sentía que quemaban. Nunca pensé que alguien te podía hacer sentir tantas cosas con solo un beso.
Lentamente nos separamos para respirar, pero nuestras frentes quedaron pegadas. Ambos respirábamos agitadamente y una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Pedro. Mi corazón se derritió y besé el lunar de su cuello, haciendo enternecer todo su cuerpo.
Nos miramos y volvimos a besarnos. Me recostó sobre la puerta y colocó mi pierna izquierda sobre su cintura.
-No pensemos, no en este momento -dijo entre besos.
Yo sonreí. Estaba de acuerdo con él.
Me separé un poco de su boca y lo miré directamente a los ojos, trasmitiéndole todo en ellos.
-Solo quiero decirte que hace un tiempo tengo ganas de hacer esto, y si en este momento sirve para que se te alivie un poco el dolor, o simplemente para que no pienses en eso mejor-Pedro sonrió y acarició suavemente mi mejilla depositando luego un beso allí- estoy siguiendo tu consejo-me miró confuso- estoy dejándome llevar
Por un momento pareció no entender, pero luego una sonrisa se expandió por su cara dándome a entender que había recordado la charla-la que tuvimos algunas semanas atrás-.
-Sos hermosa-susurró pegado a mis labios y sin más volvió a moverlos sobre los míos, y yo volví a perderme en sus besos.
-Vos también-dije y me separé.
Pedro agarró mi mano y me guio hasta el sillón, donde nos sentamos. Nuestras manos siguieron juntas y él comenzó a jugar con nuestros pulgares. Yo sonreí. No podía sentirme mejor.
Nunca se me había cruzado por la cabeza que las cosas se iban a desarrollar de la manera en que sucedió, pero definitivamente esa había sido la mejor forma: sin pensarlo y espontaneo.
-Todavía no puedo creer lo que pasó con mi familia, te juro-depositó un beso en la palma de mi mano y susurró un “linda”. Yo sonreí apenas y deje que continúe- cuando sucedió lo del accidente todos mis amigos me dijeron que con el tiempo iba a pasar, que con el tiempo el dolor iba a ser menos, pero ya pasaron cinco meses y cada vez es peor, ¿entendes que no tengo familia?-murmuró y lo abracé- yo era muy apegado a mi madre, le contaba todo-me separé tan solo un poco y lo miré- y ahora tengo miles de cosas para contarle y no está, siento que me arrancaron un pedazo de mí, me siento vacio. Muchas veces intento no pensar en eso, o estar bien, porque sé que ellos estén donde estén me quieren ver de esa forma, pero hay veces que todo me sobrepasa y simplemente no puedo. Me duele el alma, y hoy siento que no puedo seguir más.
-Cerra los ojos-él dudo un momento pero luego me hizo caso- nada de lo que yo te diga te va a alivianar el dolor, y no soy muy buena para dar consejos de una situación que no he vivido –gracias a Dios-, pero pienso que estas aferrado a ellos-dejé un beso chiquito en sus labios- y es eso lo que no te permite sentirte un poco mejor, o lo que hace que sientas un vacio enorme. Yo estoy segura que ellos están con vos, y como dijiste no quieren verte así, quieren que sigas adelante. Vos sos fuerte-negó con la cabeza y yo volví a besar sus labios cuando algunas lágrimas se desprendieron de sus ojos- tu familia está orgullosa de vos, no tengas dudas. Seguir adelante no es olvidarlos, y tampoco superarlos, porque jamás lo vas a hacer, es aceptar. Aceptar que ya no están más, pero que vos si estas, y tenes toda una vida por vivir. Ellos tan acá-mi mano se posó en el lado izquierdo de su pecho- nadie te arrancó nada, simplemente ellos ocuparon un gran espacio.
-Gracias-suspiró aún con los ojos cerrados. Con sus manos buscó mis labios y los acarició- no podes ser tan linda persona, gracias-lo besé-.
-¿Queres ir a darte una ducha mientras yo te cocino alguna torta para la merienda? ¿Almorzaste algo?
-No, no he almorzado nada, volví hace un ratito. No quiero molestarte.
-No me molestas para nada, anda a bañarte que mientras yo busco algo rápido para cocinar así almorzamos y la torta la hago después.
-Gracias, de verdad.
-Sh, no tenes que agradecer nada. La ducha es una buena terapia, así que no te apures que yo en la cocina seguro demoro un poco.
Ambos nos paramos. Él se dirigió para su habitación y yo antes ir a la cocina fui hasta la puerta de entrada que se encontraba mi mochila. Saqué mi celular del bolsillo chico y le escribí un mensaje a mi madre.
Yo:
Ma, estoy en la casa de Paz.

A los pocos minutos respondió con un “Bueno”. Decidí hacer unas hamburguesas con arroz. Fácil y rápido.

Todavía no podía creer todo lo que había pasado, nunca fui tan mandada con un chico –no es que tuve muchos– pero con Pedro era totalmente distinto, sentía muchísima confianza y si mis besos, mis abrazos y caricias lo hacían sentir un poco mejor no había mucho que pensar.

La mesa ya estaba servida: dos platos con una porción de arroz, dos hamburguesas, tomate picado y mayonesa. Y dos vasos de gaseosa acompañaban.
Un tiempo corto después apareció Pedro con el pelo mojado, un buzo, un jean, descalzo y afeitado.
-Wow, que pinta tiene esto-dijo al sentarse.
-Es algo común, pero bueno, espero que esté rico.
-Seguramente sí-cortó un pedazo de hamburguesa y se lo llevó a la boca. Masticó y habló- muy rica.
-No es mucha ciencia hacer esta comida, pero gracias de todas formas.
-Gracias a vos, por todo esto. Me hace sentir mejor.
-Me alegro, de verdad.
-Y perdón por no haber contestado tus mensajes-respondió la pregunta que tenía en mi cabeza- quería estar solo.
-Todo bien, solo me preocupé un poco.
Seguimos comiendo, y luego de ordenar y lavar todo nos sentamos en el living con una taza cada uno –la de él contenía un café y la mía un té– junto con un plato de masitas.
-¿Queres que veamos una película o pongo un poco de música?
-Prefiero música. Yo pongo.
De mi iPhone comenzó a sonar “You’re beautiful” de James Blunt
Pedro tomó mis manos y me hizo parar, colocándolas sobre sus hombros y las suyas envolviendo mi cintura. Nos movimos al ritmo de la música mientras nuestros labios se juntaban.
-¿Y ahora como sigue lo nuestro?-susurró al apartarse apenas de mi. 

-------------
Me estoy portando re bien con los capítulos, estoy subiendo muy seguido así que merezco sus comentarios. Espero que les guste. @togetherthepair  

2 comentarios:

  1. Awwwww! Amo tu novela.. Me encanta como escribís! Es genial! znxnxkxnx

    ResponderEliminar
  2. Aguante las "Escritoras y Agos" las quierooooooooo♥ pasen a leer las noves del costado, copense bue chau.

    ResponderEliminar