No puedo creer que me haya ocultado algo así.
Lágrimas siguen saliendo de mis ojos, pero ahora también son de enojo, ¿Cómo
pudo siquiera callarse eso?
Mire a mi costado y Gonzalo seguía llorando
en silencio.
– ¿Cómo te enteraste?–pregunté en un susurro.
–susupira y me mira – estaba rara–se acerca y
me atrae a su cuerpo– fui a verla. Al principio se negó a que pase, lo que me
resultó aún más extraño...–se le quiebra la voz– se desmayó, ahí. No sabía qué
hacer, así que grité por sus padres, y ellos llegaron enseguida. Nunca los
había visto en el estado en que estaban, es decir, cualquier padre se preocupan
muchísimo cuando a un hijo le pasa algo así, pero ellos estaban por arriba de
ese nivel, se miraban entre ellos y yo mismo pude ver que algo no andaba bien,
que no fue casual.
–¿Quién te lo dijo?
–Sus padres. Los acompañé hasta la clínica y
me lo contaron–nuestros cuerpos siguen juntos y ambos estamos llorando.
Todavía no puedo creerlo, no caigo, ¿cómo es
posible?, mi corazón late fuertemente y siento una opresión en mi pecho.
–¿Sabes que tan grave es?
No recibo respuesta de su parte, solo escucho
su llanto más fuerte y tomo eso como respuesta.
–¿Sigue en la clínica?–tenemos que ir a verla
–me paro rápidamente.
–No...es mejor no ir. Ella no quiere.
–No importa lo que quiera, tenemos que ir,
tenemos que estar para ella–digo tironeándolo para arriba.
–Pau, no, estoy seguro que ella nos va a
buscar.
–¡NO!–le grito y vuelvo a explotar en llanto–
no, no, no– repito energéticamente a la vez que me dejo caer–no puede ser,
no–vuelvo a repetir tapando mi cara.
–No puedo verte así, me partís el alma–dijo a
la vez que me abrazaba– tenemos que estar fuertes para ella.
–¿Cómo se hace? ¿Cómo hago para estar fuerte
cuando me siento horrible?, no puedo evitar sentir algo de culpa.
–No, Pau, nada que ver, no te sientas así, y
nosotros vamos a apoyarnos entre todos, y por lo menos seremos uno, pero
juntos, unidos y fuerte por ella.
–¿Aunque nos estemos muriendo por dentro?
–Si.
–No puedo ni imaginarme el hecho de que algo
pudiera pasarle.
–No te lo imagines. Ella va a estar bien.
–Se me hace imposible no imaginarlo, Gonza.
Me siento tan mal, yo estaba preocupada por cosas tan mínimas, tan
insignificantes, mientras que ella sufría, ¿Qué clase de amiga soy?
–Sos una excelente amiga, no vayas por ese
lado. Ninguno tenía idea de lo que le estaba pasando. Faltó al cole varios días
y pensamos que no era nada. En todo caso, todos somos malos amigos.
Mis ojos se cerraron e intenté mantener la
mente en cero, pensar en nada, pero me fue imposible. Pedro apareció en mi
mente y con él una ira inmensa. Estaba segura que él sabía lo de Martina, que
era eso lo que no podía contarme, ¿pero cómo pudo siquiera ocultarme algo así?
–¿En qué pensas? –Gonzalo me sacó de mis
pensamientos, a la vez que me abrazaba más fuerte.
–Tengo que ir a un lado–dije sin responder la
pregunta y parándome rápidamente.
–¿A dónde?
–No importa. Quedate si queres, yo no tardo más
de treinta minutos.
–No, no, me voy a casa, necesito descansar.
¿Me prometes que vas a estar bien?
–Es imposible hacer esa promesa. Pero si te
prometo que voy a intentarlo, y que cualquier cosa te llamo.
–Te quiero muchísimo.
–Yo a vos. Gracias por todo.
Mis nudillos golpearon fuertemente la puerta
del departamento de Pedro, y esperé impacientemente a ser atendida.
–Paula, hola–dice Pedro al abrir la puerta.
–¿Cómo pudiste?
–¿De qué hablas?–pregunta confundido.
–No puedo creerlo. Sabías que Martina estaba
enferma–su rostro palideció– claro que lo sabias, y me lo ocultaste.
–No es así, puedo explicártelo.
–No quiero ninguna explicación tuya. Nada que
venga de vos. Ya veo como me amas–digo sarcásticamente
–Podes poner en duda todo, menos el amor que
te siento.
–Pongo en duda eso y mucho más.
–¿Siempre vas a ser tan inmadura?
–No tenes derecho a decirme inmadura, cuando
vos sos el rey de la inmadurez.
–Que lastima que siempre tengamos que
lastimarnos.
–Tal vez no estamos hechos el uno para el
otro. Tal vez no debemos estar juntos–dije intentando sonar firme, aunque me
estaba muriendo por dentro.
–¿Eso es lo que queres? ¿Ponerle un punto
final a todo esto?
–Sí, me parece lo mejor–me trague el nudo que
se había formado en mi garganta.
–¿Así sin más? ¿Tan poco te importa lo
nuestro?
–Vos te encargaste de destruir todo.
–¿Yo? Una pareja es de a dos.
–Entonces el error fue mutuo.
–¿Vos pensas que lo nuestro fue un error? –no
respondí, aunque sabía la respuesta– para mi lo nuestro fue lo mejor que me
pudo haber pasado en este tiempo. Fuiste vos quien me devolvió todas las ganas
de vivir–por más que intenté, no pude frenar las lágrimas que comenzaron a
salir de mis ojos, ¿esto era el final?.
–Lo nuestro no fue un error, claro que no–confesé–
Vos fuiste lo más lindo que me pasó en mucho tiempo, pero ya no podemos seguir
así, no nos hacemos bien.
–Entiendo. Yo voy a irme a Uruguay, así que
no nos veremos por un gran tiempo. Necesito arreglar mis problemas allá,
superar…
–Ojalá puedas hacerlo, te recuperes y seas
feliz–mi corazón se partió al escucharlo susurrar “sin vos imposible” –.
–Vos te mereces todo. Te voy a extrañar.
–Yo también, pero hoy siento que es lo mejor–me
acerqué y conecté mis ojos con los suyos. No podía soportar ver la tristeza que
desprendía de los mismos, por lo cual cerré los míos y besé sentidamente su
mejilla.
–Ojalá nos encontremos en el futuro y podamos
estar juntos.
–El destino lo dirá…
--------------------
Perdón por estar tan tiempo sin subir, pero comencé las clases y se me complicó muchísimo, y cada vez se me va a complicar mas, por lo que decidí que en esta semana que tengo de vacaciones voy a dar por finalizada la novela. Últimos 12-10 capítulos. Espero que les guste el capítulo.
Sigo sin la computadora, por lo cual sigo sin lista y no está corregido.