Sentía voces a mí alrededor, pero me negaba a
abrir los ojos, tenía mucho frío. Acomode mejor las mantas sobre mi cuerpo e
intenté seguir durmiendo, pero no pude.
–Pau, despertate–siento la voz de mi madre–estas
volando de fiebre.
Abro los ojos pero al instante los cierro por la
luz, vuelvo a abrirlo hasta acostumbrarme a la luz y nuevamente el frío se
apodera de mi cuerpo.
–Tengo mucho frío–digo suavemente y descubro que
me duele bastante la garganta.
–Lo sabemos, es mejor que te des un baño–escucho
la voz de mi padre– así después te acostas y tomas algo.
Él tenía razón. Haciendo un gran esfuerzo, retiré
las mantas y me paré. Mis piernas flaquearon y mi madre tuvo que sostenerme.
–Yo la acompaño, vos prepara paños fríos–le dice
mi madre a mi padre.
–Bueno. Cualquier cosa avísame–besa mi frente.
------
Ya estoy nuevamente acostada y tapada. Mi papá
coloca paños en mi frente mientras que mi mamá estaba preparándome un té. Miré
por la ventana y el sol ya estaba.
–¿Qué hora es?–pregunto suave.
–mira el reloj de su muñeca– van a ser las diez
am.
– ¿No van a ir a trabajar?
–Si te sentís mejor después del mediodía si.
Me limite a asentir y cerré los ojos. Me dolía el
cuerpo.
–Hija–abro los ojos y mi mamá está allí – acá
tenes un té, tómalo y después te dormís un rato si queres.
Coloca la bandeja sobre mi falda y yo agarro la
taza de té. Suspiro de placer cuando mis manos hacen contacto con la caliente
porcelana.
Poco a poco voy bebiendo la infusión, y para
cuando la termino mis ojos pesan.
–¿Queres que nos quedemos acá?
–No–digo mientras mi mamá retira la bandeja con
la taza vacía– no es necesario, voy a estar mejor.
–¿Segura? –pregunta ella dudosa.
–Si, de verdad. Vayan y trabajen tranquilos.
–No vamos a estarlo si sabemos que te sentís
mal–mi padre.
–Es solo un poco de fiebre y dolor corporal, nada
que un par de horas no lo soluciono, prometo llamarlos si me siento peor.
–Creemos en vos, eh–mi papá besa mi mejilla
tiernamente–igual todavía faltan un par de horas para que nos vayamos.
–Bueno, igualmente yo voy a dormir ahora.
–Descansa–besa mi frente.
–Te queremos.
Les dedico una sonrisa, me acomodo bajo mis
mantas y me dejo llevar por el sueño.
"Mi pequeña" la voz de Pedro resuena en
mi cabeza, pero estoy demasiado cansada como para saber si es o no realidad.
"¿Por qué me cuesta tanto estar separado de
vos?" vuelvo a escuchar junto con unas suaves caricias en mi cabello.
Me obligo a abrir los ojos, y cuando lo hago el
rostro de él aparece en mi campo de visión. Era real, él estaba acá, conmigo.
–Pequeña, mi pequeña–repite en mi oído.
–Pedro–susurro–¿Qué haces acá?–me acomodo en la
cama.
–Tu madre me dejó pasar, pero eso no importa, lo
que verdaderamente importa es tu salud, ¿Cómo te sentís?
–Bien, mejor–me aclaro la garganta– la cabeza me
sigue doliendo, un poco, pero ya no siento tanto frio.
–Mejor entonces, ¿Tenes hambre?
–Sí. Mucha.
–Te voy a preparar algo para almorzar entonces.
–¿Qué hora es?
–Van a ser la una pm. Te preparo algo y vuelvo–deja
un beso en mi frente y otro en mi mejilla.
Se va y yo largo un suspiro, acompañado de una
sonrisa. Me hacia bien tenerlo conmigo, a pesar de lo que pasó ayer, saber que
le importaba me hace sentir mejor.
–¿Muchas cosas en las que pensar? –pregunta y me
saca de mis pensamientos. Él estaba con su cuerpo recargado sobre el marco de
la puerta.
–Así es.
–Nos debemos una charla–se acerca y sienta en la
cama.
–Sí.
–Pero es mejor después.
–Sí. ¿Qué estas cocinando?
–Pollo hervido con verduras que encontré en la
heladera.
–cierro los ojos por un momento– que rico.
–Espero que me salga rico y te guste.
–Seguro si.
Él me mira y sin decir nada me abraza, yo me
acurruco en sus brazos, sin importarme nada más.
–¿Me queres?–le pregunto en un susurro.
–Pau... Sabes la respuesta.
–Necesito escucharla.
–me mira– más que a nada en el mundo.
–¿Por qué nos lastimamos entonces?
–No lo sé, pero no te das una idea lo que me
duele pelear con vos.
–A mi también, mucho.
–¿Podemos hacer como si nada pasó? –lo miro– solo
por este rato, por favor–me suplica.
¿Cómo decirle que no cuando me mira de la forma
en que lo hace? Con sus ojos llenos de suplica, temor y hasta dolor.
–Soy consciente que ambos tenemos que
disculparnos–afirmo con la cabeza– pero dejemos la charla para después–me dice
y lentamente acerco nuestros rostros.
–Dejame decirte que me hace muy bien que estés
acá, conmigo. Siempre te necesito.
–Y yo a vos, te volviste una necesidad constante
en mi vida.
–Te amo–susurro y poso mis labios sobre los
suyos.
–Yo a vos, yo te amo a vos, pequeña–dice para
después besarme.
Y en este momento, nada me importa más que él,
que nosotros.
----------
Espero que les guste el capítulo y sus comentarios -en el anterior solo recibí dos en el blog, así no-.
Amé este capitulo!!! Buenisimo!!!
ResponderEliminarLindisimo el capítulo
ResponderEliminaraaahii q tiernoss
ResponderEliminarQue lindo que el ahora la cuide a ella .. re lindo el capitulo
ResponderEliminarque lindo cap
ResponderEliminar