sábado, 31 de enero de 2015

Capítulo 33

Ver dormir a Pedro me produce una paz pocas veces sentida. Amo verlo descansar, tranquilo, sin ninguna preocupación.
Suavemente acaricio el comienzo de su pelo en la nuca y dejo pequeños besos en su espalda.
Son las tres am y estoy despierta hace media hora.
El día me había dejado agotada mentalmente, pero aun así no pude dormir mucho.
A decir verdad, la actitud de mi madre no me sorprendía, ella siempre fue muy abierta y "liberal" por llamarlo de alguna manera. Cuando conociera de fondo a Pedro sé que no va a existir ningún problema. Él es tan buena persona, tan respetuoso, que no puede caerle mal a nadie.
Vuelvo a besar su espalda, y siento como se mueve.
–Mm, pequeña –susurra.
–No quería despertarte.
–¿Hace mucho estas despierta vos?–pregunta y se da vuelta.
–No, no mucho.
Él sonríe, cierra los ojos y hace un piquito con su boca, yo río bajito y beso sus labios, cuando voy a separarme, me lo impide poniendo una de sus manos en mi mejilla y otra en mi cuello, logrando profundizar el beso.
Sus labios bajan hacia mi cuello depositando suaves y húmedos besos. Él se coloca sobre mí. Yo arqueo la espalda y tiro mi cabeza hacia atrás para dejarle mejor acceso. Sus manos viajan hasta la parte baja de mi espalda, y las mías hasta su nuca, haciendo presión sobre la misma.
Su rostro sube y roza sus labios con los míos.
–Pedro–jadeo en su oído.
–Dime...–susurra con voz ronca debido a la excitación.
–Besame.
Sonreímos y deja un beso en mi mejilla acompañado con un "sos hermosa"
Yo sonrío sobre sus labios, y su lengua entre a mi boca para jugar con la mía.
–Es mejor cortar acá–murmura y separa nuestros labios–sos tan pero tan linda –apoya los codos a los costados de mis hombros y roza nuestras narices– y toda mía.
–Toda tuya, siempre. ¿Cómo te sentís?
–Bien, muy bien. Imposible sentirme mal después de besarte a vos.
–sonrío– me alegro–acaricio su mejilla y él cierra los ojos.
Mi pequeña–murmura haciendo énfasis en el “mi”
Beso sus labios y después él sale de arriba mío, para poder recostarme sobre su pecho, mi lugar favorito a la hora de dormir.
–Hasta mañana, pequeña.
–Hasta mañana, Pepe.
Siento sus labios sobre mi sien y cierro los ojos dejándome llevar por el sueño que adquirí.

–Sí, estoy bien –escucho y me muevo– no te preocupes, enserio, en unos días voy para allá y nos juntamos–se da vuelta y sonríe cuando ve que lo estoy mirando– gracias, de verdad, nos vemos, saludos–corta la llamada.
Se acerca a mí y se acuesta a mi lado.
–Buen día.
–Hola, Pepe, ¿Como dormiste?
–Muy bien, ¿Vos?
–Igual–sonreímos.
¿Con quien estaría hablando?
–Me llamó un amigo mío, de Uruguay –responde mi pregunta implícita– voy a ir a visitarlos a todos antes de comenzar el tratamiento.
–¿Los extrañas mucho?–pregunto depositando pequeños besos en su pecho.
–Sinceramente si, somos amigos desde hace muchos años, pero necesitaba hacer el cambio que hice.
–Lo bueno es que no perdieron el contacto.
–Imposible hacerlo. Ellos fueron un gran soporte cuando sucedió lo de mi familia, si ellos no me hubiesen apoyado, yo...–suspira– yo no sé lo que hubiese hecho.
–Tenes suerte de tener esos amigos–acaricio sus brazos.
–Sí, pero tengo más suerte de tenerte a vos.
–Y yo de tenerte a vos. Me haces bien.
–Vos a mí, pequeña.
–Tengo que ir a casa a bañarme.
–Lo sé, todavía hay tiempo. Falta una hora. Así voy a darte algunos besos–deja uno en mi frente–para que tengas un muy lindo día–deja otros dos en mis mejillas.
–Lo comencé de la mejor manera–él me sonríe tiernamente y junta nuestros labios formando un beso lleno de amor. Lo quería tanto. 
–¿Tu madre le contará a tu padre sobre lo nuestro?
–No creo. Primero tenemos que hablar nosotras dos. Aunque lo tomó muy bien, sé que no le gustó que le haya mentido.
–Yo puedo hablar con ella si queres.
–Te agradezco, pero prefiero hacerlo yo, tengo que hacerlo yo.
–Bueno, pero sabes que cualquier cosa podes contar conmigo.
–Lo sé. Gracias, Pepe.
–¿Cuando me vas a decir algún apodo mas cariñoso?–me reprocha en chiste.
–Me da vergüenza llamarte de otra forma–digo y escondo mi cara en su cuello.
–¿Cómo te va a dar vergüenza, boba?
–No se–reímos– cambiemos de tema.
–Bueno–dice riendo– ¿Tenes un día largo hoy?
–Supongo que no, en dos semanas creo que comenzamos con los parciales así que están tranqui ahora.
–Espero que te toque un profesor de matemática bastante grande y feo, o una profesora en su defecto.
–Por más que me toque un profesor joven y lindo, no me va a importar.
–¿Se puede saber por qué?
–Porque estoy completamente enamorada de vos–susurro a milímetros de sus labios.
–Que coincidencia, porque yo también estoy completamente enamorado de vos.
–Que suerte, ¿No?, somos muy afortunados.
–Yo soy muy afortunado de tenerte conmigo.
–Ay, que tierno que sos, me dan ganas de llenarte de besos–digo comenzando a repartir algunos sobre su rostro.
–¿Puedo hacerte una pregunta?
–Serían dos, pero sí–respondo sin dejar de besar su rostro.
–¿Has pensado en la propuesta que te hice hace un tiempo?
–¿Cual? – me separo un poco y lo miro.

–La de viajar conmigo a Uruguay, ¿La respuesta sigue siendo no?

---------------
Espero que les guste el capítulo y espero sus comentarios, acá, en mi twitter (@togetherthepair) o en mi ask http://ask.fm/togetherthepair
Si en el día llego a las 450 preguntas, mañana domingo a la noche subo el próximo, si no lo subo el lunes. 

viernes, 30 de enero de 2015

Capítulo 32

-¿Me vas a decir a donde queres ir?
-A la casa de Pedro-digo en voz baja y bajando la mirada.
-¿Vos me estás hablando enserio?-pregunta con tono severo.
-Sí, te juro que tiene una explicación, si me dejas ir ahora, te cuento todo.
-Con una condición-la miro.
-¿Cual?-solo esperaba que no me salga con nada raro.
-Yo te acompaño-mis ojos se abrieron y contuve la respiración por un segundo. Bueno, en realidad comparado a lo que me podría pedir eso no era tan malo, acá la cuestión era ver a Pedro, “y que esté bien” susurre para mis adentros.
-Bueno, está bien, ¿vamos ahora, si?-ambas nos paramos.

En silencio bajamos por el ascensor hasta el cuarto piso, y para decir verdad, no fue un silencio cómodo. Cuando salimos, nos dirigimos hasta la puerta C, y sin esperar a tocar abrí, sabía que la mayoría de las veces la dejaba abierta.
El departamento estaba en completo silencio, dando grandes pasos fui hasta su habitación, con mi madre en silencio, ninguna decía ni una palabra.
Mis ojos se llenan de lágrima al ver su cuerpo en el piso, me acerco a él sin pensarlo y cuando voy a levantar su cabeza para apoyarla sobre mi regazo me encuentro con un poco de sangre. Oh, no.
-Mamá-mi voz sale apenas audible y noto que lagrimas se desprenden de mis ojos.
La siento a mi lado y me toma cuidadosamente la cabeza de Pedro. Agradezco haber venido con ella y que sea medica. Gracias por la condición, mamá susurro internamente.
-La herida no es profunda, no va a haber necesidad de cocerlo-dice dejando de mirar la misma- lo voy a subir a la cama y se la voy a limpiar, tráeme un toallita y un poco de agua.
Temblando hago lo que ella me pide, y mil cosas comienzan a pasar por mi cabeza.
No quería que esto vuelva a pasar, necesitaba que él esté bien, que se cure y no le sucedan accidente como estos, y si para eso tuviese que estar las veinticuatro horas del día con él, lo estaría.
Estaba total y perdidamente enamorada de él, y cualquier cosa que lo hagan sentir mejor, sonreír, yo la hago. Por él. Sabía que todo esto no era fácil para él, para ninguna persona lo sería, claramente, pero el estar sin su familia, y lejos de sus amigos le daba un grado peor, mas angustiante.


-Ya está, seguramente en un rato despierte, ¿Me vas a contar que le pasa?
-Sí, vamos al living y te cuento.
Ella asiente y antes de retirarme dejo un beso en la frente de él acompañado con un susurrado “te amo”

-Él se vino para acá porque su familia falleció en un accidente de tránsito, tenía dos hermanos y bueno, sus padres-ella murmura un “que duro debió ser” y deja que continúe- tiene una enfermedad llamada stargardt, seguro la conoces.
-Sí, que tristeza, ¿Cómo va con ese tema?
-Va a comenzar un tratamiento, con eso lo van a poder operar, pero lógicamente tiene mareos y grandes dolores de cabeza.
-Sí, entiendo, ¿Emocionalmente como se encuentra?
-Ahora bien-ella me mira confuso- cuando comenzó con esto estábamos juntos-bajo la mirada por unos segundos- y nos separamos, él decía que no quería que esté con una persona que no va a ver, que yo era chica para eso, que debía disfrutar y esas cosas... Estuvimos un tiempito separados hasta que le hice entender que quería estar a su lado.
-Me hubiese gustado enterarme todo esto en su tiempo.
-Lo sé, y te vuelvo a pedir perdón.
-Es un gran hombre-dice y yo sonrío, completamente de acuerdo con ella.
-Es el mejor, me cuida y respeta como nadie.
-Me alegra mucho escuchar eso. Ahora vamos hasta su habitación que seguro en un rato despierta, después vamos a hablar mejor-nos levantamos a la misma vez y antes de que ella pueda caminar yo tomo su brazo logrando que me mire.
-Gracias, por todo esto. Él es muy importante para mí-me dedica una cálida sonrisa y nos dirigimos hasta la habitación.

-Hey-digo a la vez que lo veo abrir los ojos- ¿Cómo te sentís?
-Como si me hubiese pasado un camión por encima-dice con la voz baja- ¿qué me pasó?
-Te encontré acá desmayado y con un pequeño golpe en la cabeza, seguro te mareaste y caíste-le cuento y él se toca la cabeza-.
-No me duele ahora-su mirada se desvía y la sigo, se fija en mi madre, quien está a unos pasos de nosotros-.
-Vino conmigo y te curó la herida-le explico.
Mi madre se acerca y se sienta lentamente en la cama.
-Hola-saluda Pedro.
-Hola, ¿No te duele?-hace referencia a su cabeza.
-No, por suerte no. Gracias por lo que hizo.
-No hay nada que agradecer-él sonríe débilmente y se produce un silencio un tanto incomodo- Bueno-se para- yo me voy a ir, vos te podes quedar Paula, yo me arreglo con tu padre-mis ojos se abren ante la sorpresa. Tengo la mejor madre.
-Gracias, ma-me paro a su lado y la abrazo-sos lo mas. Gracias por todo.
-Sos mi hija, siempre voy a estar para ayudarte. Pedro, cualquier cosa, consulta o lo que sea podes llamarme.
-Gracias, señora, de verdad-ella se acerca y le da un abrazo.

-Me preocupé mucho cuando te vi en el piso-digo abrazándolo fuerte. Ambos estamos acostados.
-Perdón, lo que menos quiero es preocuparte.
-No tenes que pedir perdón, bobo-dejo un beso en su barbilla.
-¿Por qué estaba tu madre acá?
-Mm, una historia un poco larga, mi madre se enteró lo nuestro, pero después te cuento con más detalles. Ahora solo quiero abrazarte y besarte, mucho.
-¿Siempre vas a querer eso?
-Siempre-digo y me acerco a su boca para dejar un beso en la suya. 

------------------------
Perdón por no subir en estos días, estuve un poco colgada. Capítulo un poco corto, pero quise subir igual. Espero que les guste y sus comentarios, por favor. 

domingo, 25 de enero de 2015

Capítulo 31

A decir verdad, muy pocas veces he visto a mi madre tan seria, sin una gota de expresión en su rostro.
–Ma, ¿Qué pasa?
–¿Con quién fuiste hoy al colegio?
–Sola–miento–¿Por qué preguntas?
–¿Por qué pregunto?–repite en voz baja– pregunto porque a mí no me dijeron lo mismo.
Oh. Problemas.
–¿Me vas a decir la verdad? –vuelve a hablar.
–Fui con Pedro –digo sin más, mirando para abajo.
–¿Y por que con él? Quiero la verdad, Paula. No tolero ni una mentira mas–dice severamente.
–Estamos juntos.
–Con tu profesor de matemática... mira que bien–aparta la mirada.
Nos quedamos unos segundos en silencio. No pensé que esto iba a pasar, si bien sabía que en algún momento debíamos contarlo, esta situación me toma por sorpresa, y no grata.
–¿No vas a decir nada? –le pregunto.
–¿Qué pretendes que diga? –me mira–estoy decepcionada. Creí que confiabas en mí.
–No es eso... solo que–se me llenan los ojos de lagrimas– solo que es una situación complicada. Sabes que él es más grande y ustedes no lo iban a aceptar fácilmente.
–Veo que pensaste por nosotros...
–No... bueno, capaz que sí, pero pensé que era lo mejor por un tiempo.
–Largo el tiempo...
–No, no llevamos mucho tiempo.
–Todas las veces que me habrás mentido–ríe irónica.
–Te juro que te lo iba a contar, la idea no era que te enteraras así.
–No quiero que salgas por tres días.
–¿Estas enojadas conmigo? –la voz se me quiebra.
Ella simplemente me mira, realmente en sus ojos veo decepción. Se da media vuelta y se va. 

Mi mamá es la persona en la que mas confío, y si bien no le conté de mi relación con Pedro, no fue por falta de confianza, si no porque es bastante complicado. Él es más grande que yo y mis padres no se tomarían eso bien, lo sabía. Pero ahora todo había salido peor. Nunca mi madre –o muy pocas veces– se había enojado conmigo. Ella es bastante comprensiva a la hora de dejarme salir o darme algo, por eso no tengo necesidad de mentirle. La primera vez que lo hago, vale por todas las otras.
Sin darme cuenta, mis ojos estaban llenos de lágrimas, y algunas ya se habían desprendido. 
¿Cómo iba a hacer para estar tres días sin verlo? El colegio ya no era un sitio para vernos ya que él no iba a estar más. 
"Pepe, ¿Como estas? Te extraño"
Le escribí ese mensaje y decidí darme una dicha rápida. 
Mientras el agua mojaba mi cuerpo, cerré los ojos intentando pensar únicamente en Pedro, para lograr tranquilizarme. Sus ojos, su mirada, sus besos, y sus abrazos, eso me tranquilizaba, así que lo recordé. 
Mi celular sonó, e ilusionada salí de la ducha, me saqué rápido y agarré el aparato. 
Leí el mensaje un poco desilusionada al ver que era Martina quien me había escrito. 
"Pau, estoy cerca de tu casa, ¿estás?"
Puse <responder>
"Mar, si, si, veni"

**

Cuarenta y cinco minutos habían pasado y Pedro seguía sin responder, un poco más preocupada le envié otro mensaje:
"Pepe, ¿Estás bien? Respóndeme cuando veas el mensaje"
Mi cabeza en estos momentos no era una aliada mía, si no todo lo contrario, comenzaba a crear hipótesis y no era buena idea. 
–Pau–escucho que me habla Martina – ¿por dónde andas?–la miro y suspiro. 
–Mi madre se enteró de lo mío con Pedro.
–¿Eh? ¿Cómo?
–No tengo idea. No me deja salir por tres días y estoy preocupada. 
–¿Por?
–Pepe no me responde los mensajes, tengo miedo que le haya pasado algo, o no sé.
–Mañana lo ves en el colegio.
–No quiero esperar hasta mañana, además no va a ser mas nuestro profesor–me mira confuso– va a comenzar un tratamiento y se recomienda que no siga ejerciendo. 
–Lo importante es que este bien.
–Obvio, más que nada. 
–¿Que pensas hacer ahora?
–No lo sé. Pero estoy segura que no voy a poder dormir si no tengo la certeza de que está bien. 
–¿Queres que yo vaya hasta el departamento y te escribo un mensaje?
–¿Enserio harías eso?–pregunto con una sonrisa. 
–Sabes que si, voy ahora así te quedas tranquila. 
–Gracias–la abrazo– ¡sos lo más!–  nos separamos– su departamento es en el cuarto piso, vas a encontrar su apellido. 
–Bueno–ambas nos paramos de la cama y caminamos en dirección a la salida– yo te escribo. Vas a ver que seguro duerme, o tiene el celular en silencio. 
Asisto con la cabeza un poco insegura. 

Seis minutos pasan desde que ella se fue, y no me ha mandado nada. Comienzo a ponerme nerviosa –más de lo que ya estaba– y entre poco el piso de mi cuarto tendría un agujero. 
Cuando estoy a punto de escribirle un mensaje, mi celular suena indicando uno de ella, rápidamente lo abro.
"Pau, no me responde nadie :(, no sé qué hacer"
No. No. Mierda. 
"Veo como puedo salir e ir yo. Gracias por todo. Después te escribo"
Debía hablar con mi madre ya, y conseguir si o si que me deje ir. 
Voy hasta el living, donde ella se encuentra mirando tele. Me siento en el sillón y carraspeo un poco intentando llamar su atención sin éxito.
–Mamá–digo suavemente y en ese momento me mira – sé lo que me dijiste, pero necesito salir–directa. 
–¿Si sabes para que venís a decirme eso? La respuesta desde ya es no. 
–Te juro que necesito hacerlo, por favor. 
–¿A donde tenes que ir? Acordate que no tolero ni una mentira mas–me dice mirándome seriamente. 


--------
Espero que les guste el capítulo, y espero sus comentarios acá o en mi twitter @togetherthepair, por favor. 

viernes, 23 de enero de 2015

Capítulo 30

Sinceramente estaba muy nerviosa, pero no quería que Pedro lo notara. Al abrir la puerta me encuentro con él y una expresión neutra, por lo cual, no sabía si debía alegrarme o no.
–Pepe–pasó y cerré la puerta – ¿Como estas?
–Bien–sus manos se posaron en mi cintura– me duele un poco la cabeza.
–¿Queres tomar algo?
–Me dieron el nombre de unas gotas, pero estaba bastante mareado, así que me vine directo.
–No tenes que manejar así, Pedro. A dos cuadras de acá hay una farmacia, te las voy a comprar y vuelvo–dejo un beso en sus labios.
–No es necesario, en un rato se me pasa y voy.
–bufo– ¿Podes dejarte ayudar?
–No quiero molestarte.
–Vos si queres bañate así te sacas la mañana de encima, y yo voy rápido. Después almorzamos.
–Me gane el cielo con vos.
Junto sus labios con los míos formando un beso lento, dulce y con todo el amor que nos teníamos.
–¿Me pasas el nombre de las gotitas?–digo al separarme.
Él me da un papel con el nombre y después de besarnos nuevamente salgo en dirección a la farmacia.
Esperaba que me diga que todo iba a estar bien, que tenia cura, pero no quería presionarlo. Sé que cuando él quiera me lo va a contar.

**
Cuando regreso al departamento de Pedro, lo encuentro recién bañado sentado en el sillón mirando un partido de futbol.
–¿Te sentís mejor como para estar mirando tele? –dejo la bolisita de la farmacia sobre la mesa ratona.
–Pau... –dice a tono de queja.
–Pau nada. Si te duele la cabeza no podes sentarte a mirar algo.  Almorcemos así después te pongo las gotitas y dormís un rato.
–¿Sos mi novia o mi madre? –pregunta a la vez que apaga la televisión y se para.
–Ni tu novia ni tu madre, soy una persona que te quiere y por ende, te cuida.
–¿No sos mi novia?
–No, no me lo propusiste.
–se acerca y me abraza– te amo–dice con una sonrisa tímida– ¿Queres ser mi novia?
–Sí–respondo con una sonrisa y al instante nuestras bocas se juntan, formando un beso lleno de amor, lleno de promesas.
Sus labios se mueven arriba de los míos haciendo del beso, uno apasionado.
–¿Almorzamos? –digo mientras me separo apenas.
–Dale–sonríe y mi pierdo en ese gesto que amo.

–Muy rico todo–dice Pedro. Ya habíamos terminado de almorzar y ahora estábamos lavando y ordenando.
–Me alegro que te haya gustado.
–¿Te quedas conmigo un rato más? –hace un gesto parecido al gatito de shrek.
¿Cómo le digo que no?
–Bueno, pero vos vas a dormir un rato.
–Sí, mamá –pone los ojos en blanco y río.
–No te hagas el vivo, además tengo que colocarte las gotas.
–Pero ahora no me duele la cabeza, y el doctor dijo que me las ponga solo cuando me duela.
–Okey, de igual forma vas a dormir un rato.
–¿Vos no?
–También. Juntos.
Sonrío y dejo un beso chiquito en sus labios.

**

–¿De verdad no te duele la cabeza?–estamos acostados.
–Sí, tranquila –acaricia mi mano y nos quedamos un rato en silencio–puede que tenga cura –murmura– van a hacerme un tratamiento–dejo que continúe – con el fin de atrasar la ceguera para después operarme.
–Eso es una excelente noticia–nos miramos, y en sus ojos noto miedo, incertidumbre.
–Voy a tener que dejar de ejercer en el colegio–lo miro confusa y él suspira – el tratamiento va a tener efectos secundarios, me voy a marear más seguido, la cabeza me va a dolor bastante en el día, y no es recomendable que dé clases así.
–acaricio su pecho y dejo un beso allí; cerca de su corazón – tenes que estar contento, Pepe, vos hace años que dabas por asumido que ibas a dejar de ver, hasta hace poco pensabas eso, y ahora sabes que tenes cura, los efectos secundarios, son como el nombre lo dice, secundarios, y en cuanto al colegio, pienso que es lo correcto, tenes que enfocarte totalmente al tratamiento. Todo va a estar bien. Va a ser así.
–¿Vos vas a estar conmigo?
–Siempre–susurro cerca de sus labios–siempre acompañándote.
–Gracias, novia–dice sonriendo– no tengo nada, solo te tengo a vos, esto lo hago por vos.
–No, vos tenes que hacerlo por vos, yo voy a estar a tu lado, novio.
–Nunca me sentí así...
–¿Así como?–vuelvo a recostarme sobre su pecho.
–Tan enamorado. No puedo decirte que me siento feliz, porque todavía siento que estoy roto, pero vos me das fuerza, me das ganas de seguir, puede que suene muy cursi, pero sos mi luz en la oscuridad.
–Poco a poco vas a ir uniéndote nuevamente. Todo es muy pronto todavía. Es un proceso.
–Un poco largo...
–Pero lamentablemente en algunos casos, así es la vida.
–¿Quedo muy pesado si te vuelvo a agradecer por todo lo que haces por mi?
–Sí. De eso se trata lo que tenemos, de apoyarnos, ayudarnos, y juntos salir adelante.
–Juntos–murmura.
–¿Cuando vas a ir a hablar con el director?
–Mañana, supongo. En dos semanas comienzo el tratamiento–lo miro y veo que cierra los ojos con fuerza.
–¿Te sentís mal?
–Me duele un poco la cabeza–susurra con los ojos aun cerrados.
–Ahora te pongo las gotas y Dormís un rato, por lo menos una hora–hace un mohín.
–Yo puedo, Pau.
–Pero lo voy a hacer yo, ¿Por qué siempre te quejas cuando quiero ayudarte?
–No quiero cansarte, sos muy chica para estar atrás mío cuidándome, cuando tendría que ser al revés.
–bufo– detecto un comentario machista que voy a pasarlo por alto. Quiero ayudarte porque me importas, porque te amo. Dejame que lo haga, que yo decida, no volvamos a lo mismo, ¿Si?–sin esperar su respuesta, me levanto de la cama en busca de las gotas y un vaso de agua.
Al volver a la habitación, él sigue con los ojos cerrados y noto cierta expresión de paz.
–Pepe, te voy a colocar las gotas–me pongo a ahorcajadas de él y destapo el pequeño frasco.
Luego de que cada gota haya entrado en ambos ojos, él los cierra y yo dejo un beso en cada uno, para después acurrucarme sobre su pecho.

**

Estoy en mi habitación escuchando un poco de música, mientras que espero que lleguen mis padres. Después de habernos despertado con Pedro a las cinco pm, decidí venir a mi casa.
La opresión que venía sintiendo los días anteriores en mi pecho, hoy con la noticia que me dio él se había esfumado en gran cantidad. Sabía que iba a ser algo doloroso, él muchas veces se pone reacio y se crea una coraza, que afortunadamente siempre logro romper. Lo voy a acompañar siempre, en todo momento, porque lo quiero, como nunca quise a nadie.

Siento la puerta principal abrirse, y salgo de mi habitación. Mi madre ha llegado.

–Paula–me saluda– que suerte que te encuentro, tengo que hablar con vos–me dice seria, como pocas veces la he visto.


-----
Hola, nuevo diseño, ¿les gusta?
Espero que les guste el capítulo y espero sus comentarios acá o en mi twitter @togetherthepair 

lunes, 19 de enero de 2015

Capítulo 29

Comienzo a sentir pequeños besos en mi cuello y mejillas, pero me niego a abrir los ojos por dos razones: la primera es que tengo demasiado sueño, y la segunda es que quiero seguir disfrutando de esos besos.
–Arriba, pequeña–susurra Pedro en mi oído– ya noté el cambio de tu respiración.
Oh, mierda.
–Sigue con los besos un poco mas–murmuro.
Deja uno en mi cuello y lo siento sonreír.
–¿Te cuento algo?
–Sí.
–Hace tiempo que no dormía tan bien. No tuve ninguna pesadilla.
Abro los ojos y me encuentro con los suyos. Sonrío dulcemente.
–Me alegro, de verdad, vas a ver que todo va a mejorar, de a poco.
–Estas a mi lado, eso me alcanza para sentirme preparado para lo que sea.
–Sos hermoso–me abrazo a su pecho– se siente tan lindo esto, volver a estar juntos.
–Espero que puedas perdonarme por haberte hecho sufrir, yo sincerame...–coloco mi dedo índice en su boca impidiéndole continuar.
–Todo queda en el pasado, ¿Sí?–quiso hablar pero no lo dejé – shh, ¿A qué hora tenes medico?
–A las once am.
–¿Qué hora es?
–Te desperté seis y media, deben haber pasado cinco minutos.
–Bueno, me voy levantando entonces, ¿Vas al colegio?
–Sí. Me da para tener con dos clases, ¿Vamos juntos?
–Bueno, yo tengo que bañarme, así que te mando un mensaje cuando esté lista.
–Perfecto–ambos nos levantamos de la cama.
–¿Cómo te despertaste hoy? ¿Te duele la cabeza?
–No, por suerte no.
Yo sonrío y me acerco a él.
–Buen día-susurro cerca de sus labios.
–Buen día, pequeña-deja un beso chiquitito en mi nariz.
–¿Pequeña?–pregunto confundida.
–Sí. Mi pequeña –dice haciendo énfasis en el "mi".
–¿Vos serías entonces mi grandote?
–reí– no, yo soy tu todo, así de globalizado.
–¿Y yo no soy tu todo?–hago un mohín.
–Vos sos mi todo y más–susurra mirándome directamente a los ojos, con una intensidad increíble. Mi corazón se acelera y agradezco que él tiene sus manos en mi cintura, de no haber sido así estoy segura que estaría en el piso; mis piernas me fallarían.
–Te amo-digo mirándolo de la misma forma.
Él sonríe y yo me pierdo en ese gesto. Amaba verlo sonreír.
Cierro los ojos cuando sus labios rozan los míos. Siento sus nudillos en mis mejillas y yo paso mis brazos por sus hombros.
–Gracias-susurra – gracias por todo.
Su boca atrapa la mía a la vez que sujeta mi cintura con fuerza, acercandome–como si fuese posible– a su cuerpo.
¿Podía llegar a quererlo más?
Nunca pensé que podía llegar a sentir algo con sólo una mirada, pero con él todo es distinto. Me enamoré, y estoy dispuesta a todo por lo nuestro, porque jamás me sentí así, tan bien, tan viva, tan feliz.
Sus labios se mueven sobre los míos a la vez que comenzamos a caminar hacia atrás. Chocamos con la cama y caemos en la misma, pero ni eso hace que cortemos nuestra unión.
Comienza a dejar pequeños pero húmedos besos por todo mi cuello y me estremezco ante esa acción, sus manos se colocan en la parte baja de mi espalda y suben unos centímetros mi remera haciendo que un escalofrío recorra mi cuerpo al sentir sus cálidas manos sobre mi piel.
Gimo sobre su boca cuando muerde mi labio inferior y siento su excitación.
–Pedro–digo como puedo–debemos parar–intento apartar su boca de la mía pero solo consigo que vuelva a besar mi cuello, pero esta vez con gran intensidad.
–Me encantas–murmura con voz ronca a la vez que disminuye los besos–me quedaría todo el día besándote. Sos hermosa–deja un beso chiquito en mis labios y me ruborizo.
–Vos también sos hermoso, pero ahora debemos ir al colegio, se nos hizo tarde seguramente.
Alcanzo mi celular y veo que son las siete am. Teníamos solo media hora. Veo también que tengo un mensaje de mi madre
"Hija, buen día, ¿A qué hora venís?"
Rápidamente tecleo para responderle
"Ma, buen día, ya estoy saliendo para allá"
–¿Todo bien?–pregunta Pedro.
–Sí. Era un mensaje de mi madre. Voy al baño, ¿Dale?
–Bueno. Voy preparando el desayuno.
–No hay tiempo, en el colegio tomo algo.
Él asiente de forma insegura y yo dejo un beso rápido en sus labios para luego adentrarme al baño.
Allí me miro al espejo y observo que tenía los labios bastante hinchados a causa de la sesión de besos con Pedro.
Al salir, lo encuentro terminando de tender la cama.
–Me hubieses esperado y lo hacíamos juntos.
–¿Hacer qué?–pregunta levantando las cejas.
–La cama, estúpido–le pego juguetonamente en el pecho– lo otro no se puede hacer solo–El ríe.
–¿Cuando nos vemos?–me abraza.
–A la hora del almuerzo –se separa y me mira sin entender– hoy salgo una hora antes, así que vengo y te cocino, vos seguro llegas después–le explico.
–No es necesario, Pau.
–Quiero hacerlo.
Él sonríe burlón.
–Lástima que debemos ir al colegio.
–Nene, tenes la idea fija. Y basta. Me voy, ¿Vos volves o del colegio te vas directo a la clínica?
–Voy directo.
–Genial, entonces me das la llave.
–Bueno, vos escribime cuando estés pronta.
–Sí, sí. Me voy–beso sus labios.
–Nos vemos en un ratito.
Cuando llego a mi casa, mis padres se encontraban desayunando.
–Hola–los saludo–voy a bañarme–digo rápido. Estaba contra reloj.
–Buen día hija, nosotros ya nos vamos–mi padre.
–Bueno, yo almuerzo en la casa de Paz–miento.
–Bueno. Cuídate.
Al salir de la ducha noto que mis padres ya se habían ido. Me cambio rápidamente y le escribo un mensaje a Pedro.
"Ya estoy lista. Pasa por mi departamento"
Comencé a preparar la mochila y ni bien terminé sentí el timbre. Me coloco perfume y me dirijo hacia la puerta.
–Hola.
–Hola, tanto tiempo–reímos y yo cierro la puerta.
–Estamos retrasados, vamos–digo.
Él toma mi mano y bajamos.

–Todo va a estar bien, ¿Sí?–ya habíamos llegado al colegio pero seguíamos en el auto.
–Estas vos conmigo, así que estoy seguro que así va a ser.
–Te amo.
–Y yo a vos. Estudia mucho.
–Y vos enseña mucho. Nos vemos –nuestros labios se unen por unos segundos y después bajo del auto. Él debía estacionar.

El primer recreo llegó y yo estaba dispuesta a hablar con Martina. No podíamos seguir peleadas por algo tan insignificante.
–Mar, ¿Podemos hablar?–le digo antes de salir del salón.
–Bueno.
–No da que estemos peleadas. Te pido perdón, pero estaba mal, y bueno...
–Yo solo quería ayudarte.
–Lo sé, y te lo agradezco, pero en ese momento no lo vi así.
–Está bien...–dice y yo la abrazo.
–Sos lo más, estas siempre y te lo agradezco.
Nos separamos y ella sonríe. Imito el gesto y salimos afuera para juntarnos con nuestros amigos.
–Hola–saludo general una vez que estamos todos juntos–¿Como están?
–Bien–Paz.
–Muy bien–Gonzalo–¿Vos?
–Muy bien también –digo con una sonrisa.
–¿Algo que tengamos que saber?–me pregunta Nicolas–esa sonrisa no creo que venga sola.
–río–volví con Pedro.
Y como si lo estuviese llamando, mi celular suena a causa de un mensaje suyo.
"Faltan cinco minutos para que termine el recreo y necesito un beso tuyo. Estoy en nuestro lugar, ya lo extrañaba –aunque más te extraño a vos–, te espero"
Yo sonrío y al levantar la vista mis amigos me están mirando expectantes.
–Era él, ¿no?
–Sí. Me voy a encontrar con él ya. Nos vemos después. Los quiero–hablo rápido y les sonrío.
Llego a la puerta de mi querido laboratorio de química y rápidamente la abro.
Pedro me sorprende abrazándome por atrás y besando mi nuca.
–¿Cómo es posible que te extrañe tanto cuando nos vimos hace dos horas?–pregunta en mi oído.
–No sé cómo es posible, pero si te quedas más tranquilo yo también te extraño –me doy vuelta para quedar frente a él.
Sonreímos y sin más unimos nuestros labios. Cada vez teníamos más confianza a la hora de besarnos, por lo cual me tomó por la cintura y me sentó sobre una mesada.
El timbre suena rompiendo la burbuja en la que estábamos.
–Tenemos que ir a clases-susurro aún con sus labios en los míos.
–Desgraciadamente si–nos separamos.
–Nos vemos en un par de horas...Todo va a estar bien, todo–le repetí la frase que le dije cuando llegamos al colegio.
–Gracias por estar conmigo.
Siempre.

**

Estaba en el departamento de Pedro buscando que preparar. Me decidí por unas milanesas con ensalada de verduras.
Mientras la carne se cocinaba comencé a ordenar un poco el lugar.
Veinte minutos después terminé y las milanesas ya estaban. Puse música mientras lavaba y cortaba la verdura.

Terminaba de poner la mesa cuando el timbre sonó. Pedro había llegado, y lo único que esperaba era que trajera buenas noticias. 

----------
Hola, espero que les guste el capítulo y espero sus comentarios, acá, en mi twitter (@togetherthepair) o en mi ask: ask.fm/togetherthepair
Capítulo dedicado a @fatipauliter, que es lo mas, la quiero mil y escribe genial! 
Lean las novelas del costado, son hermosas todas! 

jueves, 15 de enero de 2015

Capítulo 28

Me acerco rápidamente a su cama al verlo mover y todo traspirado. Estoy segura que está teniendo nuevamente una pesadilla. Mierda.
-Pepe-susurro suavemente-despierta, estoy acá-lo abrazo por los hombros para que deje de moverse.
-Paz-susurra moviéndose entre mis brazos- ¡NO!-grita. Abre los ojos y los cierra al instante.
-Pepe-vuelvo a repetir- estoy acá, con vos...
–Me duele muchísimo la cabeza–comienza a negar con la cabeza.
–¿Queres que te traiga algún analgésico?
–Bueno-murmura. Dejo un beso en su frente y voy hasta la cocina.
Al volver lo veo acostado con los ojos cerrados, me acerco lentamente y vuelvo a dejar un beso en su frente. Lo noto tensarse por un segundo y al instante su cuerpo se relaja ante mi tacto.

–¿Queres darte una ducha mientras te preparo algo para cenar?
–Sí.
Le alcanzo la pastilla y se la toma acompañada con un poco de agua. Se para de la cama y se sienta enseguida mientras se sostiene la frente.
–¿Te sentís bien?-me arrodillo a su lado.
–Estoy muy mareado-cierra los ojos.
–Tranquilo, manteen los ojos cerrados.
–Cada vez es peor...
–Tranquilo-vuelvo a susurrar.
–¿Me das un abrazo?-pregunta suavemente.
Mis brazos rodean su cuello y los suyos mi cintura. Lo siento sollozar y mi corazón se parte.
–No estás solo, nunca vas a estar solo, estoy yo.
–Gracias... gracias–repite reiteradas veces.
–Sh...–susurro.
Deja un beso en mi cabello a la vez que comienza a acariciar suavemente la longitud de mi espalda.
–Mañana tengo consulta médica, cada vez veo menos. Hoy en el colegio fue horrible-sigue acariciándome- perdón, no podía dejar que me veas mal sabiendo lo que me pasa.
–me separo apenas– tenes que dejar de aislarte, ¿Cuando vas a comprender que estoy para vos siempre?
–¿Y vos cuando vas a entender que no quiero joderte la vida?
–¿Que decís?
–Pau-suspira-voy a quedar ciego-dijo sin más– no quiero joderte la vida, ser un estorbo para vos-vuelve a suspirar– sos joven y no merec...–lo interrumpo.
–Nada. Absolutamente nada de lo que digas va a hacer que no esté con vos-coloco mis manos en sus mejillas- te amo-susurro suavemente a la vez que deposito un pequeño beso en sus labios
Él me mira por un momento y me pierdo en sus ojos color café. Cierra los ojos y niega.
–Dios, también te amo, y por esa misma razón no puedo hacerte esto.
–Sh-vuelvo a dejar un beso en sus labios- nada me va a hacer cambiar de opinión. Quiero y deseo estar con vos, ahí se termina el tema.
–¿De dónde saliste?–me pregunta en un susurro.
Sonrío levemente y dejo que se vaya a duchar tranquilo
–Si te sentís mal me gritas, ¿Si?
–Si... No sé cómo agradecerte todo esto, te hice pasar días horribles, te hice...–lo interrumpo.
–Me haces feliz.
Él sonríe y nuestras frentes quedan juntas.
–Tengo mucho miedo, de todo lo que va a venir, por eso te quise alejar-suspira– me aterra el futuro, el mañana y no sé lo que va a pasar, pero lo que si se, es que no te quiero hacer mal, no quiero que dejes de hacer cosas por estar conmigo...
–Quiero estar con vos, porque te amo, porque lo siento, jamás me podrías hacer mal. Déjame que te cuide, déjame estar a tu lado, por favor-susurre la última frase.
Nuestras respiración comienzan a mezclarse y ambos cerramos los ojos para dejar que nuestros labios de unan en un beso interminable, eterno, Dios, ¡lo había extrañado tanto!
Abro la boca dando paso a su lengua que al chocarse con la mía comienzan una batalla. Los brazos de él envuelven fuerte mi cintura y los míos su cuello, uniéndose en su nuca. 
–Necesitaba tanto esto–susurra entre besos– más me quería alejar y mas necesitaba de vos–acaricias mejillas suavemente y tiemblo ante ese gesto.
–Ya estamos juntos, y nada ni nadie va a cambiar eso, ¿Si? –nos miramos a los ojos y una electricidad recorre mi cuerpo. Estábamos tan conectados.
–Sos un ángel, mi ángel, pequeña...

**
–¿Te sentís mejor? –pregunto mientras nos acostábamos. Él ya había terminado de ducharse y tomar su sopa que yo me encargué de preparar.
–Sí, la cabeza me sigue doliendo un poco, pero bueno, es normal.
–¿Mañana porque tenes medico?
–Revisión, y me dijo que necesitaba hablar conmigo.
–Tal vez es una buena noticia.
–No se...-baja la mirada.
–Hey–levanto su barbilla– arriba, estoy segura que todo va a estar bien.
–Es algo que se hereda, no sé si puede llegar a haber cura para algo así.
–Hoy en día la ciencia avanzó un montón, tenes que tener esperanza.
–No quiero ilusionarme. En Uruguay me dijeron que no había.
–suspiro– tal vez ahora encontraron una, o ya había y los de Uruguay no saben nada-reímos para liberar la tensión.
–¿Te podes quedar a dormir acá, conmigo?
–Sí, espera que le escribo un mensaje a mi mamá.
“Ma, me quedo a dormir en la casa de Paz, los quiero!”
–¿No le pedís permiso? –me pregunta Pedro una vez que leyó el mensaje.
–Em, no, la verdad que no...
–ríe– ¿ya comiste vos?
–No, no tengo hambre.
–¿Segura?, tenes que cenar.
–Segurísima, mañana desayunamos algo muy rico.
–¿Me lo vas a preparar vos?
–Sip–sonreímos y él deposita un beso en mi cuello–.
Mi celular suena y veo la respuesta de mi madre
“Pau, bueno, cuidate, besos”
Le muestro el mensaje a Pedro y sonríe.
–Que descanses, Pepe. Estoy feliz, ¿sabes?
–Yo también estoy feliz, a pesar de todo. Que descanses, hermosa.
Me acurruco más en su pecho y cierro los ojos, inspiro su aroma y me dejo llevar por el sueño que tengo...

Y con esto comprendo que el amor si es suficiente, siempre.

----------------------------------
Acá está el otro capítulo, un poco tarde, pero bueno. Espero que les guste y espero sus comentarios, por favor. Les dejo mi ask que me hice para que puedan comentar allí también http://ask.fm/togetherthepair