martes, 6 de enero de 2015

Capitulo 22


PDVP (Punto de vista Pedro - Parte II)

Mi día ya había comenzado mal al ver a Paula con su mirada triste. El hecho de vivir en el mismo edificio y ser su profesor no ayudaba en lo más mínimo a mantenerme alejado de ella.
No sabría cuanto iba a soportar con la distancia, pero no iba a ser egoísta. No.
Y si pensaba que verla en el edificio me había partido el alma era porque no lo había hecho en el colegio.
Las dos horas que tuve con su clase fueron realmente eternas. Cruzábamos miradas que ningún podía sostener más de tres segundos. Estaba callada, la notaba caída, y me sentía una mierda al saber que era por mi decisión. La extrañaba. Extrañaba todo de ella. Sus caricias, sus besos, y eso que llevábamos solo días separados. Nunca creí necesitar tanto a una mujer. Ella había llegado a mi mundo para cambiarlo, darlo vuelta, pero todo positivamente. Siempre con su sonrisa, su risa -no había sonido más lindo que ese-, todo de su parte era hermoso, y por ese motivo tenía que hacerme a un lado.

La cabeza no dejó de dolerme en ningún momento, tuve que marcarles algún ejercicio a mis alumnos así yo poder sentarme ya que me sentía bastante mareado. Mierda.
Al finalizar la clase, junté todo rápido así llegaba a tiempo al medico. Cuando estaba terminando de hacerlo, escucho su voz. Su dulce voz.
-¿En algún momento me vas a explicar todo?
-No hay nada que explicar. No insistas, por favor.
-Es que te juro que no entiendo. No logro hacerlo. Todo estaba bien, y de pronto, pom, decidiste terminar todo por una pavada-sus ojos se cristalizaron y quise morir- ¿Que hice mal?
¿Que se supone que debía responderle a eso? Si supiese que nada había hecho mal, si no todo lo contrario.
-Paula, dejemos esto acá. No hagas que sea más incómodo todavía para ambos.
-¿Como haces para que no se te mueva un pelo?
Sentí un fuerte mareo y una puntada en la nuca.
-¿Estás bien?-preguntó preocupada mientras se acercaba a mi-.
-Sí. Solo es un dolor de cabeza.
-¿Vas a manejar así?
-Sí. Ahora voy al médico-el timbre sonó- nos vemos.
-¿Me prometes que vamos a hablar luego?
-Cuídate.
Alumnos comenzaron a entrar al salón, por lo cual yo me retiré.

No podía soportar el dolor de cabeza. Intenté manejar lo mas lento posible así poder llegar a la clínica.
Allí rápidamente llegué a recepción y logré conseguir un turno para dentro de dos días.

Tenía muchísimas ganas de viajar a Uruguay. Conseguí un pasaje para la noche.

***

Caminar por las calles en que me crié me llenaba de recuerdos. Todos fueron lindos hasta el día del accidente. Hasta el peor día de mi vida. Desde que sucedió nada es igual. Por eso mismo decidí vivir en Argentina. No puedo caminar en mi ciudad natal sin encontrar un recuerdo en cada parte y al mismo tiempo, sin sentir que muero por dentro.

**

-No se dan una idea de cuánto los extraño, de cuanto los necesito-digo al mismo tiempo que dejo unas flores sobre sus tumbas -están uno al lado del otro- nada es igual sin ustedes, ya no tengo fuerzas para seguir, ¿cuál es el sentido?-intente retener sin éxito las lágrimas que amenazaban con salir- me siento tan vacío. Ya no vale nada. ¿Porque me sacaron a lo más preciado que tenía en mi vida? ¿Qué hice mal? ¿Por qué no estoy con ustedes?-susurré llorando- esto no tiene que ser así. No. Teníamos que estar juntos, siempre. Les juro que no puedo más. Ya no.
Sentí mis manos temblar y como todo lo que veía comenzaba a ser borroso. Mi cuerpo reaccionó a eso y todo se desvaneció.

Mis ojos me pesaban, y me costaba abrirlos. Al hacerlo, no reconocí el lugar, pero me llevó unos minutos adaptarme y darme cuenta que me encontraba en una habitación de una clínica. Mi boca estaba seca y necesitaba urgente algo líquido. Luego de apretar el botón para llamar a alguna enfermera, una apareció.
-Hola, ¿cómo te sientes?-pregunta una mujer de alrededor de cuarenta años con una bata blanca.
-Hola. Me duele bastante la cabeza y tengo sed.
-Ya te doy para tomar algo-me alcanzó un vaso con agua que había en una repisa- en un rato ya estarán los estudios que te hicimos.
-¿Que me pasó?
-Tuviste un ataque de pánico en el cementerio. Un señor te encontró y trajo hasta aquí.
Simplemente asentí con la cabeza.
-¿Queres avisar a alguien?
-No, no-dije seco.
-Bueno...  En un rato te visita el doctor con los resultados. Si necesitas algo, toca el botoncito como recién.

Nunca había sufrido un ataque de pánico, y era algo que verdaderamente me daba miedo. No necesitaba más problemas.

La puerta se abrió, y por la misma entró una persona que supuse era el doctor.
-Hola, soy del doctor Rodriguez.
-Hola...
-Tengo el resultado de los estudios-me hizo ver un sobre- solo te hicimos con la sangre que te sacamos, y esos salieron bien.
-¿Y cuál fue el motivo de mi ataque?
-Eso es algo emocional. Tu cuerpo reacciona así por consecuencia de tus problemas emocionales. Yo te recomendaría ir al psicólogo.
-Mire doctor, yo tengo una enfermedad, con la vista. Me la detectaron en la adolescencia. Se llama Stargardt.
-¿Sabes cuan avanzada esta?
-No, no me he hecho estudios este año, pero la cabeza todos los días me duele más al igual que ver borroso y marearme.
-Bueno, te voy a hacer estudios entonces. Y luego de eso, salvo como salgan, te vas a quedar unos días en observación.

Me encargué de llamar al colegio para avisarle mi ausencia y mi estado.
Estuve a punto de llamarla a ella, Dios, la necesitaba tanto.


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Espero que les guste el capitulo. En el próximo ya vuelve a contar Paula. Pronto se van a ir enterando bien de la enfermedad de Pedro... (@togetherthepair)

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