viernes, 23 de enero de 2015

Capítulo 30

Sinceramente estaba muy nerviosa, pero no quería que Pedro lo notara. Al abrir la puerta me encuentro con él y una expresión neutra, por lo cual, no sabía si debía alegrarme o no.
–Pepe–pasó y cerré la puerta – ¿Como estas?
–Bien–sus manos se posaron en mi cintura– me duele un poco la cabeza.
–¿Queres tomar algo?
–Me dieron el nombre de unas gotas, pero estaba bastante mareado, así que me vine directo.
–No tenes que manejar así, Pedro. A dos cuadras de acá hay una farmacia, te las voy a comprar y vuelvo–dejo un beso en sus labios.
–No es necesario, en un rato se me pasa y voy.
–bufo– ¿Podes dejarte ayudar?
–No quiero molestarte.
–Vos si queres bañate así te sacas la mañana de encima, y yo voy rápido. Después almorzamos.
–Me gane el cielo con vos.
Junto sus labios con los míos formando un beso lento, dulce y con todo el amor que nos teníamos.
–¿Me pasas el nombre de las gotitas?–digo al separarme.
Él me da un papel con el nombre y después de besarnos nuevamente salgo en dirección a la farmacia.
Esperaba que me diga que todo iba a estar bien, que tenia cura, pero no quería presionarlo. Sé que cuando él quiera me lo va a contar.

**
Cuando regreso al departamento de Pedro, lo encuentro recién bañado sentado en el sillón mirando un partido de futbol.
–¿Te sentís mejor como para estar mirando tele? –dejo la bolisita de la farmacia sobre la mesa ratona.
–Pau... –dice a tono de queja.
–Pau nada. Si te duele la cabeza no podes sentarte a mirar algo.  Almorcemos así después te pongo las gotitas y dormís un rato.
–¿Sos mi novia o mi madre? –pregunta a la vez que apaga la televisión y se para.
–Ni tu novia ni tu madre, soy una persona que te quiere y por ende, te cuida.
–¿No sos mi novia?
–No, no me lo propusiste.
–se acerca y me abraza– te amo–dice con una sonrisa tímida– ¿Queres ser mi novia?
–Sí–respondo con una sonrisa y al instante nuestras bocas se juntan, formando un beso lleno de amor, lleno de promesas.
Sus labios se mueven arriba de los míos haciendo del beso, uno apasionado.
–¿Almorzamos? –digo mientras me separo apenas.
–Dale–sonríe y mi pierdo en ese gesto que amo.

–Muy rico todo–dice Pedro. Ya habíamos terminado de almorzar y ahora estábamos lavando y ordenando.
–Me alegro que te haya gustado.
–¿Te quedas conmigo un rato más? –hace un gesto parecido al gatito de shrek.
¿Cómo le digo que no?
–Bueno, pero vos vas a dormir un rato.
–Sí, mamá –pone los ojos en blanco y río.
–No te hagas el vivo, además tengo que colocarte las gotas.
–Pero ahora no me duele la cabeza, y el doctor dijo que me las ponga solo cuando me duela.
–Okey, de igual forma vas a dormir un rato.
–¿Vos no?
–También. Juntos.
Sonrío y dejo un beso chiquito en sus labios.

**

–¿De verdad no te duele la cabeza?–estamos acostados.
–Sí, tranquila –acaricia mi mano y nos quedamos un rato en silencio–puede que tenga cura –murmura– van a hacerme un tratamiento–dejo que continúe – con el fin de atrasar la ceguera para después operarme.
–Eso es una excelente noticia–nos miramos, y en sus ojos noto miedo, incertidumbre.
–Voy a tener que dejar de ejercer en el colegio–lo miro confusa y él suspira – el tratamiento va a tener efectos secundarios, me voy a marear más seguido, la cabeza me va a dolor bastante en el día, y no es recomendable que dé clases así.
–acaricio su pecho y dejo un beso allí; cerca de su corazón – tenes que estar contento, Pepe, vos hace años que dabas por asumido que ibas a dejar de ver, hasta hace poco pensabas eso, y ahora sabes que tenes cura, los efectos secundarios, son como el nombre lo dice, secundarios, y en cuanto al colegio, pienso que es lo correcto, tenes que enfocarte totalmente al tratamiento. Todo va a estar bien. Va a ser así.
–¿Vos vas a estar conmigo?
–Siempre–susurro cerca de sus labios–siempre acompañándote.
–Gracias, novia–dice sonriendo– no tengo nada, solo te tengo a vos, esto lo hago por vos.
–No, vos tenes que hacerlo por vos, yo voy a estar a tu lado, novio.
–Nunca me sentí así...
–¿Así como?–vuelvo a recostarme sobre su pecho.
–Tan enamorado. No puedo decirte que me siento feliz, porque todavía siento que estoy roto, pero vos me das fuerza, me das ganas de seguir, puede que suene muy cursi, pero sos mi luz en la oscuridad.
–Poco a poco vas a ir uniéndote nuevamente. Todo es muy pronto todavía. Es un proceso.
–Un poco largo...
–Pero lamentablemente en algunos casos, así es la vida.
–¿Quedo muy pesado si te vuelvo a agradecer por todo lo que haces por mi?
–Sí. De eso se trata lo que tenemos, de apoyarnos, ayudarnos, y juntos salir adelante.
–Juntos–murmura.
–¿Cuando vas a ir a hablar con el director?
–Mañana, supongo. En dos semanas comienzo el tratamiento–lo miro y veo que cierra los ojos con fuerza.
–¿Te sentís mal?
–Me duele un poco la cabeza–susurra con los ojos aun cerrados.
–Ahora te pongo las gotas y Dormís un rato, por lo menos una hora–hace un mohín.
–Yo puedo, Pau.
–Pero lo voy a hacer yo, ¿Por qué siempre te quejas cuando quiero ayudarte?
–No quiero cansarte, sos muy chica para estar atrás mío cuidándome, cuando tendría que ser al revés.
–bufo– detecto un comentario machista que voy a pasarlo por alto. Quiero ayudarte porque me importas, porque te amo. Dejame que lo haga, que yo decida, no volvamos a lo mismo, ¿Si?–sin esperar su respuesta, me levanto de la cama en busca de las gotas y un vaso de agua.
Al volver a la habitación, él sigue con los ojos cerrados y noto cierta expresión de paz.
–Pepe, te voy a colocar las gotas–me pongo a ahorcajadas de él y destapo el pequeño frasco.
Luego de que cada gota haya entrado en ambos ojos, él los cierra y yo dejo un beso en cada uno, para después acurrucarme sobre su pecho.

**

Estoy en mi habitación escuchando un poco de música, mientras que espero que lleguen mis padres. Después de habernos despertado con Pedro a las cinco pm, decidí venir a mi casa.
La opresión que venía sintiendo los días anteriores en mi pecho, hoy con la noticia que me dio él se había esfumado en gran cantidad. Sabía que iba a ser algo doloroso, él muchas veces se pone reacio y se crea una coraza, que afortunadamente siempre logro romper. Lo voy a acompañar siempre, en todo momento, porque lo quiero, como nunca quise a nadie.

Siento la puerta principal abrirse, y salgo de mi habitación. Mi madre ha llegado.

–Paula–me saluda– que suerte que te encuentro, tengo que hablar con vos–me dice seria, como pocas veces la he visto.


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Hola, nuevo diseño, ¿les gusta?
Espero que les guste el capítulo y espero sus comentarios acá o en mi twitter @togetherthepair 

5 comentarios:

  1. El bebito se va curaaaaar ea ah. Escribís muy lindo Victoria sos genia...
    Pd: No podes dejar el cap así a eso se lo llama ser cruel!

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  2. que pasara en el siguiente..lindo diseño del blog

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  3. Genial el capitulo!!! Re lindas las fotos dem diseño!! Segui subiendo please!!!

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  4. Genial el capitulo!! Que bueno que tenga cura!! Y no podes dejar así el capítulo!! Espero el próximo!!

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