No comprendía absolutamente nada. Hace diez
minutos estábamos con Pedro mimandonos, y ahora... ahora ya no se como
estábamos.
-Contéstame la pregunta, Paula-me dice un
Pedro enojado.
-Estoy segura de lo nuestro, obvio que sí.
Pero pienso que es muy rápido para decirle a mis padres, ¡no somos ni novios!
-Eso es una etiqueta, nada más.
-Bueno, sí, pero...-me interrumpe.
-Pero nada, igual deja, ahora entiendo
todo-ríe irónico.
-¿Que es lo que entendes?
-¿Todo fue un juego para vos, no?
-¿Que estás diciendo?
-Lo que escuchas. Ahora si ya entendí todo.
-¡No!, no entendiste nada. Estas haciendo un
problema. No te dije que no quiero que estemos mas juntos, solo que estoy
diciendo que esperemos un tiempo para comunicárselo a mis padres. Listo.
-¿Listo?, ¿Todo es así de fácil para
vos?-vuelve a reír irónicamente- que voy a esperar de vos si sos una pendeja.
-Te vas-digo parándome de mi cama- te fuiste
al carajo-me coloco frente a él- acordate después que esto es culpa tuya.
-Obvio que es culpa mía, solamente yo me
pongo con una pendeja como vos.
Y sin antes poder asimilarlo mi mano se
estampó en su mejilla.
-Buena escusa, eh.
-¿Que decís?-dice con su mano en la mejilla.
-Elegiste la escusa perfecta para separarte
de mí. Porque hiciste de nada un todo. Chau-digo con los dientes apretados- no
te quiero ver más.
Él volvió a reír y sin más se fue. Sentí el
portazo a los segundos.
Mis ojos comenzaron a arder. No. No podía
llorar por una persona como Pedro. Todavía seguía sin creer lo que había
pasado. Todo se nos fue de las manos por una estupidez.
Sentí que algunas lágrimas se desprendían de
mis ojos y me maldije por adentro. Siempre dije que no me permitiría llorar por alguien que no valga la pena, siempre había dicho eso, el pequeño problema es que no sabía dónde
ubicar a Pedro, ¿él valía la pena?, hoy, me había demostrado que no.
En el último tiempo confié en Pedro más que
en nadie. Logró meterse dentro de mí, y aunque no se lo había dicho, se había
metido en mi corazón.
¿Por qué no me entendió?, ¿de verdad habrá
sido una escusa para terminar?, sinceramente no lo sé, pero si así fue, lo consiguió.
Y por más que tratara de que la situación no me afectara ni yo me la creía. ¿Donde estuvo hoy el Pedro tierno que conocí?
Yo:
¿No
podes salir del colegio y venir a casa?, te necesito.
Le mandé ese mensaje a Gonzalo y él a los
segundos respondió.
Gonza:
Pau,
¿estás bien?, en diez minutos termina la hora de literatura y voy.
Suspiré y respondí
Yo:
Sinceramente
no estoy bien, pero no te preocupes. Te espero.
**
-Se fue todo al carajo, Gonzalo. No entiendo
nada-digo suspirando. Ya le había contado todo lo sucedido a mi amigo.
-Tranqui, Pau. Van a charlar y a arreglar las
cosas. Ustedes se quieren.
-¿Y si él no?
-No comiences a sacar conjeturas sin sentido.
-No son sin sentido, hoy por un momento no lo
conocí, te juro.
-Son momentos, no te atormentes.
-Ojalá, porque te juro que para mí fue algo
insignificante al principio, después él exageró todo.
-Capaz no tuvo una buena mañana.
-Se había levanto hace dos horas, y cuando
llegó estaba como siempre, atento, tierno. Después se trasformó.
-No exageres, enserio. Cambiemos de tema, ¿Cómo
te sentís?
-Bien, ponele.
-Te pregunto físicamente.
-Bien, ya no me duele nada.
-Hoy tengo ganas de ir a gimnasia, necesito
estar en movimiento. ¿Me pasas a buscar?
-¿Tus padres te van a dejar ir?
-Sí, supongo que sí.
-Entonces sí. Como en los tiempos de
antes-dice poniéndole humor. Yo hago una mueca parecida a una sonrisa y nos
mantenemos en silencio.
-¿Queres que te prepare algo para almorzar?
-No, no, en media hora vienen mis padres y
ellos me hacen algo. No te preocupes. Gracias igual.
-Bueno, ¿Qué tenes ganas de hacer?
-¿Te molesta si me voy a dormir?-estamos en
el living.
-Claro que no-nos paramos- te va a hacer bien
descansar.
-Espero-lo abrazo- gracias por venir. Sos el
mejor amigo del mundo.
Él ríe y susurra un “te quiero” en mi oído.
**
Al entrar al gimnasio, lo primero que hago es
visualizar a Pedro haciendo pesas. Yo suspiro y me dirijo a las bicicletas,
como de costumbre. Allí estoy ejercitándome más de cuarenta minutos. Estaba
cansada y tenía sed.
Pedro se encontraba tomando agua, yo me
siento en un banquito y comienzo a hacer lo mismo.
-¿No vas a saludarme?-pregunto mirándolo.
-Hola-dice sin mirarme y apenas audible.
-¿No pensas que tenemos que hablar?
-No.
-¿Entonces así termina todo?-digo con mi voz
quebrada. Mierda. No quería llorar. No frente a él.
-Sí-dice sin problema ni mirarme y se va.
---------------
Corto, pero bueno, quería cumplir. Espero sus comentarios, por favor.
Era muy perfecta su relacion.. Muy bueno el capitulo! Espero el proximo!
ResponderEliminarSe pudrió todito!
ResponderEliminar